El dolor tiene su tiempo

Es importante que VEAS EL APRENDIZAJE EN ESTO… ¿a quién le suena familiar?
Me lo dije más de mil veces y a su vez le dije a muchas personas más de mil veces… desde la parte psicológica y espiritual, sin pensar y sentir que yo y cada persona es dueña de ser y estar como quiera, en ese momento.

La necesidad de aprender es intrínseca en muchos seres humanos, siempre estamos mirando ¿qué más puedo hacer para saber y conocer?; y seguro tenemos muchos aprendizajes desde lo cognitivo, pero en muchos otros casos, sin duda alguna será un aprendizaje desde esa sensación de felicidad, es decir desde el alma.

Pero qué pasa cuando vives un episodio de mucho dolor?, de muchas emociones al mismo tiempo… y te dicen mira el aprendizaje, ¿será que lo puedes mirar, así de fácil?

De acuerdo a mi experiencia propia del dolor visto de frente: NO.

Para ver y llegar al aprendizaje en una situación, necesité tener varias alternativas y muchísima paciencia, las mismas que quiero describirlas acá:

– Necesité asumir y reconocer que estaba en shock.
– Necesité percibir y sentir la ayuda a mi alrededor, el acompañamiento familiar y de amigos.
– Necesité ver mi dolor y dejarme envolver por éste y no reprimirlo; y no permitir que nadie me diga no llores, o sé fuerte.
– Necesité encontrarme con esa oscuridad a la que tanto temí, o quizá no me imaginé que existía tan latente, como ira, frustración, odio, resentimiento, rencor, tristeza (todo está bien).
– Necesité respirar o tomar bocados de aire, para no hundirme del todo. La idea es que no me cubriera el lodo.
– Y por sobretodo necesité pedir de manera firme, que empaticen con mi dolor por éste momento y que si no es así, simplemente se retiraran.

Esto puede durar días, semanas, meses o años, es tu ciclo y tu vida.

Después de un tiempo (el que sea necesario) date la oportunidad de ver si puedes hacer esto, que me ayudó:

– Pedir ayuda más profesional.
– Empezar a ver con más amabilidad mi oscuridad y mi luz.
– Verme con amor y misericordia.
– Sentir que poco a poco podía recurrir a cosas que me fortalecieron, como ejercicio, dieta saludable, programas de bienestar, etc.
– Miré mi dolor con mayor entendimiento.
– Recurrí a mis creencias desde la fe. Y cuando sentí haberla perdido, la busqué pacientemente hasta encontrarla.
– Me uní a grupos que han pasado por las mismas experiencias, para no sentir soledad en ese desierto tan pesado.
– Trabajé a mi ritmo. No a las expectativas de los demás.
– Y por fin, sólo después de esto ¡PUDE VER EL APRENDIZAJE!.

Antes quizás no… y es importante respetar tus tiempos y el de los demás, acompañar desde el silencio de palabras y actos que no resuenan en ese momento, cada persona es única y diferente.

Así que no te veas tentado de menospreciar la vivencia, la experiencia de dolor de cada ser humano con el que te encuentres. Nunca podrás entender un evento o un hecho, si no lo has pasado.
Y si lo has pasado, acuérdate de tu camino recorrido para llegar al aprendizaje, quizá fueron semanas, meses o años de azote, culpas, y dolor, ahora ten paciencia con el otro.

Todo es un proceso… todo cambia y resurge, toda batalla termina ahora lo sé. Pero aunque parezca que no es así, recuerda lo que dicen por ahí, que la vida no te da algo que no puedas atravesar.

Con cariño, a quienes sufren por alguna situación dolorosa en este momento.

Deja una respuesta